LAS “CHINCHES ASESINAS” EMPIEZAN A INVADIR LA PENÍNSULA IBÉRICA

07 Julio, 2021
Según un estudio de entomólogos de Barcelona y Torrevieja (Alicante), en algunas áreas urbanas se han detectado hasta nueve casos de picaduras en personas. 
 
El Zelus renardii procede de México y el sur de Estados Unidos se ha registrado en numerosos países de la cuenca del Mediterráneo y en otros países de Sudamérica, como Chile y Argentina.

Es muy adaptable y altamente expansiva que ha ido extendiendo su área de distribución de forma natural y que la actividad humana ha trasladado a diversos lugares del planeta y puede alcanzar elevadas densidades poblacionales de hasta 50.000-75.000 ejemplares por hectárea.

Se cree que la especie ha sido introducida en Europa en forma de huevos con material vegetal a través del transporte marítimo.

En 2010, se citó por primera vez en Europa, en Grecia, y en 2012 se encontró en el sureste de la península ibérica, en la provincia de Murcia.​
 
Está catalogada como una especie invasora que puede suponer una amenaza a la fauna autóctona por su alimentación generalista, su alta capacidad de reproducción y dispersión y su adaptación a climas tropicales y templados.
 
En lo que refiere a su aspecto, es de color anaranjado, cuenta con seis patas y unas largas antenas. 
 
Cuando a una persona le pica un Z. renardii, se detecta rápidamente la chinche en la parte del cuerpo afectada, por lo que es fácil su recolección y posterior identificación como causante de la picadura. 
 
En este sentido, aseguran que la persona afectada siente “un pinchazo intenso de dolor agudo que se prolonga minutos después”.Asimismo, añaden que, aunque generalmente “el dolor desaparece”, “en algunas personas puede durar horas”. Además, “tras la picadura queda un pequeño eritema que desaparece en los siguientes días”.
 
A pesar del dolor de las picaduras, no se ha demostrado que pueda actuar como vector de microorganismos que causen algún tipo de enfermedad en los humanos.
 
En España, el primer caso de picadura del que se tiene constancia fue en Elche (Alicante), en 2018, donde una ninfa picó a un niño.
 
Desde entonces, se han podido detectar varios casos de picaduras de Z. renardii en la península ibérica, en las provincias de Madrid, Alicante, Cádiz y Valencia, hasta un total de nueve casos.
 
Los autores del estudio afirman que “En los próximos años podremos ver la expansión de esta especie en España, destacando el papel de las plataformas de ciencia ciudadana, que pueden aportar muchos datos sobre su evolución en este territorio.”
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