LA CUCARACHA LANGOSTA, UNA NUEVA ESPECIE QUE PUEDE PROPAGARSE RÁPIDAMENTE EN ESPAÑA

Mientras que ciertas especies de cucarachas como Periplaneta americana, Blatta orientalis y Blattella germanica están bien distribuidas y estudiadas, otras siguen siendo en gran medida desconocidas.

 

Las cucarachas sinántropas han sido consideradas una de las plagas urbanas más molestas. Sin embargo, es sorprendente la poca información científica que se ha publicado sobre la distribución, el establecimiento y los posibles impactos de estos insectos. En el caso de la Península Ibérica, hay una falta de información sobre la distribución real de muchas especies, lo que destaca la importancia de implementar sistemas de monitoreo efectivos.

 

El término sinantropía se utiliza en biología para designar la capacidad de algunas especies que habitan en ecosistemas urbanos, adaptándose a las condiciones ambientales creadas o modificadas por la actividad humana.

 

En diferentes puntos de Asturias durante un tiempo está proliferando una nueva especie de cucaracha que es de rápida propagación y que podría ser un grave problema para los expertos en controles de plagas. 

 

La llegada de nuevas cucarachas no autóctonas a un territorio no es infrecuente, pero es necesario contar con sistemas para rastrear las poblaciones ya conocidas y las nuevas.

 

Gracias a un estudio de la Universidad de Oviedo, se han descubierto 149 ejemplares de la Nauphoeta cinérea o Cucaracha Langosta, siendo Asturias y el norte de España la zona más poblada de esta subespecie.

 

El estudio ha sido dirigido por Jairo Robla, del departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo, durante dos años.

 

Esta investigación hace hincapié en la necesidad imperiosa de sistemas de monitoreo eficaces, destaca la escasez de información científica con respecto a la distribución de cucarachas sinantrópicas y subraya el papel fundamental de las colecciones biológicas en el avance de nuestra comprensión de las especies invasoras.

 

La Nauphoeta cinerea tiene su origen en el norte de África por lo que los estudios de los investigadores apuntan a dos teorías sobre su llegada a España.

 

La primera de ellas ese que algún barco procedente de esta zona o de Estados Unidos (lugar en el que también habitan) la haya podido traer a España en algún viaje o a algún coleccionista de insectos que haya podido perderlos.

 

Suelen tener una longitud de 30 milímetros de longitud y que se caracteriza por tener unas pequeñas manchas grises y marrones. Sus alas no sobrepasan el abdomen y se mueven y se propagan de forma más rápida que el resto de las cucarachas que habitan en España.

 

Constituye una fuente excelente de alimento para las aves, reptiles, anfibios, roedores y peces criados en cautividad por su alto contenido en proteínas.