HELICÓPTEROS, PERROS Y 44 TONELADAS DE RATICIDA NO ELIMINAN LAS RATAS EN LORD HOWE ISLAND
01 Noviembre, 2021
La isla Lord Howe, situada a 781 km al noreste de Sídney (Australia) fue declarada libre de roedores en 2019, pero este anuncio puede haber sido prematuro.
La reciente aparición de casi 100 ratas hace que los conservacionistas se pregunten si estos roedores son supervivientes o recién llegados a la isla, que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1.982 y alberga varias especies en peligro de extinción.
El pasado mes de abril se avistó una rata cerca del cementerio de Ned's Beach y era la primera vez desde 2019 que se veía una rata en la isla.
Este año se han capturado y matado un total de 96 ratas negras, lo que hace temer que el controvertido Programa de Erradicación de Roedores (REP), dotado con 12,75 millones de dólares, no haya funcionado realmente, o al menos no como se esperaba.
No obstante, se está investigando si las ratas son de la población original o si una nueva población ha arraigado de algún modo en la isla y se están realizando pruebas genéticas a las ratas recién descubiertas para determinar su origen.
Se calcula que al principio del programa de erradicación había en la isla unas 150.000 ratas y 210.000 ratones, en apenas un territorio de 14,55 kilómetros cuadrados donde viven 350 personas.
Los ratones fueron traídos por los barcos a mediados del siglo XIX, mientras que al hundimiento de un barco cerca de la costa en 1918 se le atribuye la introducción de las ratas. Estos invasores han causado un enorme daño al ecosistema de la isla, provocando la extinción de cinco especies de aves y 13 de invertebrados y amenazando a otras 70 especies.
Para exterminar a las ratas y ratones, se colocaron cebos de cereal envenenados en 22.000 trampas y con helicópteros se lanzaron 44 toneladas de rodenticida en lugares inaccesibles para proteger a los habitantes de la isla, un territorio de Nueva Gales del Sur.
Finalmente, un perro detector y adiestrado expulsó a la última rata que quedaba en 2019, o al menos eso parecía.
El descubrimiento de las 100 ratas ha generado una serie de nuevas medidas, como la colocación estratégica de 250 cámaras detectoras de movimiento y el despliegue de equipos con perros especialmente entrenados de Nueva Gales del Sur y Nueva Zelanda.
Como resultado no se ha visto ninguna rata en la isla desde la primera semana de agosto y los animales autóctonos se están recuperando en la isla con un aumento significativo del ejemplares de la especies en peligro de extinción.
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