LA ENFERMEDAD DEL LEGIONARIO ASOCIADA A VIAJES Y HOTELES

22 Abril, 2022
La enfermedad del legionario.
 
La enfermedad del legionario es un tipo de neumonía grave provocada por bacterias del género Legionella, que causa la muerte entre el 5 -10 % de los enfermos.
 
Habitualmente, son las personas con enfermedades subyacentes, los fumadores y las personas de más de 50 años las que tienen un riesgo más elevado de enfermar por Legionella.
 
La enfermedad del legionario se contrae inhalando gotas de agua microscópicas o aerosoles que contienen Legionella y proceden del agua de un grifo, una ducha o de las burbujas de una piscina tipo spa.
 
La enfermedad del legionario asociada a viajes.
 
La enfermedad del legionario en turistas alojados en un hotel fue reconocida desde los comienzos de la descripción de la enfermedad. El brote ocurrido en un hotel de Philadelphia en 1.976 en una convención de la Legión Americana, fue el que dio el nombre a la enfermedad y a la bacteria que la causa. 
 
En España, entre las primeras publicaciones sobre legionelosis se encuentran los brotes que tuvieron lugar en 1973 y 1980 en un hotel de Benidorm. 
 
Desde entonces, se conoce la existencia de brotes de mayor o menor magnitud relacionados con estancias de viajeros en hoteles y otros alojamientos.
 
Un caso de legionelosis asociado a los viajes se define como una persona con neumonía y diagnóstico microbiológico de legionella y que tenga antecedentes de viajes en los diez días previos a la aparición de la enfermedad. 
 
El viaje se establece como permanecer una o más noches fuera de la residencia habitual en alojamientos, como hoteles, apartamentos de vacaciones, campings, cruceros, etc.
 
El hecho de que una persona con la enfermedad del legionario se hospede en un alojamiento concreto no significa necesariamente que haya contraído la enfermedad en ese establecimiento. El contagio pudo haberse producido en otros muchos lugares. 
 
Sin embargo, si se presentan dos o más casos en el mismo alojamiento, especialmente en un corto periodo de tiempo, las probabilidades de que el alojamiento sea el foco de infección aumentan. 
 
¿Cuáles son las áreas de riesgo en un alojamiento turístico?
 
En un hotel o un crucero cualquier lugar en el que se puedan crear gotas de agua (aerosoles) puede haber un riesgo de infección por Legionella, como:
 
• Duchas y grifos, especialmente de agua caliente sanitaria.
• Spas y bañeras de hidromasaje.
• Torres de refrigeración y condensadores evaporativos. 
• Fuentes decorativas, especialmente en interiores.
• Expositores de comida con humidificadores y rociadores.
• Riego por aspersión en jardines y campos de golf.
 
 
La enfermedad del legionario asociada a viajes en Europa.
 
Desde 2010, la coordinación de la enfermedad del legionario en Europa se realiza por el Centro Europeo del Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), a través de la Red de Vigilancia Europea de la Enfermedad del Legionario. ( ELDSNet ).
 
ELDSNet recibió informes de 1.657 casos de TALD con fecha de inicio en 2019, un 2% más de casos que en 2018, que supone el mayor número anual de casos de TALD.
 
En 2019, los tres países con más casos fueron Italia (n=653, 28%), Francia (n=270, 11%) y España (n=164, 7%).
 
El 79% de las pernoctaciones de los pacientes se realizaron en hoteles, el 7% en apartamentos, el 6% en campings, el 2% en barcos y el 6% en otros tipos de alojamiento.
 
El 85 % de los casos estuvieron causados por Legionella pneumophila SG. 1 y el 57 % de los casos ocurrieron de junio a octubre.
 
Si el alojamiento asociado con el enfermo no adopta las medidas preventivas necesarias, el ECDC puede publicar su nombre en una lista que aparece en su web
 
 
Algunas recomendaciones para reducir el riesgo de Legionella en alojamientos turísticos.  
 
El ECDC recomienda estos puntos para un menor riesgo de Legionella en hoteles, cruceros y campings, aunque el riesgo nunca puede ser cero:

  • Nombrar a una persona responsable del control de Legionella
  • Asegurarse de que esta persona cuente con formación y experiencia suficientes para poder llevar a cabo las tareas de prevención y control de Legionella.
  • Mantener una temperatura del agua caliente entre 50 – 60 ºC y que esté circulando en todo momento y lugar de la red.
  • Procurar que el agua fría se encuentre siempre por debajo de 20 ºC en todos los grifos, aunque esto no siempre es posible si las condiciones climática no lo permiten. Por ello, debe mantenerse un nivel de cloro libre residual entre 0,6 – 1 ppm en cualquier punto de la red.
  • Abrir todos los grifos y duchas del establecimiento durante varios minutos para que circule el agua, como mínimo una vez a la semana si las habitaciones no están ocupadas y siempre antes que vayan a ser ocupadas. 
  • Mantener los grifos, los filtros y los cabezales de las duchas limpios y sin incrustaciones. 
  • Hacer una limpieza y desinfección de las torres de refrigeración y de sus redes de conducciones. Se recomienda que sea con periodicidad semestral.
  • Limpiar, vaciar y desinfectar los acumuladores de agua caliente sanitaria, al menos una vez al año y purgarlos cada semana al menos. 
  • Hacer una desinfección de choque de toda la red de agua según los protocolos establecidos en la legislación con periodicidad anual, después de parar la instalación más de un mes y cuando se hagan reformas importantes. 
  • Limpiar y desinfectar todos los filtros de forma regular según lo indicado por el fabricante, y como mínimo cada 1-3 meses. 
  • Revisar mensualmente los depósitos de almacenamiento de agua, las torres de refrigeración y las tuberías visibles. 
  • Inspeccionar el interior de los depósitos de agua fría como mínimo una vez al año, realizando una limpieza y desinfección según establece la legislación.
  • Asegurarse de que al llevar a cabo modificaciones del sistema o nuevas instalaciones no aparezcan tuberías con flujos de agua intermitentes o sin ningún flujo de agua, y desinfectar el sistema después de cualquier trabajo realizado. 
  • Si hay alguna piscina tipo spa, bañeras de hidromasaje o «jacuzzis», asegurarse de que: 
  • Se mantienen los niveles adecuados de cloro o bromo y el pH y se controlan como mínimo dos veces al día.
  • Se renueva el agua a diario suficientemente
  • Los filtros de arena se lavan y enjuagan a diario 
  • Todo el sistema se limpia y se desinfecta una vez a la semana. 
  • Mantener los registros diarios de todas las lecturas del tratamiento de agua, como la temperatura, el pH y las concentraciones de cloro y el gerente debe comprobarlos cada mes al menos. 
  • Como primera recomendación, siempre se deben cumplir las normas establecidas en las legislaciones vigentes de cada país o de cada comunidad autónoma.
 
 
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