UNO DE CADA TRES MARISCOS NO SON LO QUE MARCA LA ETIQUETA

16 Septiembre, 2024
Los crustáceos de la familia Penaeoidea (por ejemplo, camarones y gambas) se encuentran entre los productos acuáticos más comercialmente disponibles en todo el mundo. Sin embargo, hay pocos estudios sobre no solo la presencia, sino también las características del etiquetado incorrecto en estos productos alimenticios. 
 
Dicha información sería útil para los consumidores con el fin de evitar los problemas típicos asociados con el etiquetado incorrecto (por ejemplo, problemas económicos o de salud). 
 
Una investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha comparado mediante ADN las especies reales con las declaradas en la etiqueta de muestras obtenidas en diferentes establecimientos. El estudio ha sido publicado en el Journal of the Science Food and Agriculture y dirigido por Jose Luis Horreo,investigador del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la UCM.
 
Se han analizado diferentes productos de gambas, langostinos, cigalas, camarones y carabineros (congelados, frescos, hervidos) y procedencia (hipermercados, supermercados y pescaderías) de Madrid y Toledo. Se recogieron un total de 94 muestras de 55 productos diferentes, que representan 19 especies de 13 géneros. 
 
Al final se vio que 19 de ellos declaraban especies diferentes a las que realmente contenían. Se encontraron incluso varias especies diferentes a la declarada dentro de un mismo producto.
 
Los resultados, por tanto, han revelado un etiquetado incorrecto en casi el 30% de los productos de supermercado y el error se encontró casi exclusivamente en muestras congeladas (95% del total). En cambio, apenas se encontró este problema en los productos frescos de pescadería.
 
Otra de las conclusiones del trabajo es que en los productos de los Océanos Pacífico e Índico es más común el etiquetado incorrecto que en los del Océano Atlántico. 
 
En los productos de acuicultura, no se encontraron etiquetados incorrectos, como tampoco se hallaron diferencias por el precio del producto (es decir, un precio alto no evita un mal etiquetado).
 
Descargar el estudio