UNA PLAGA DE CHINCHES EN UNA PRISIÓN INGLESA OBLIGA A SUSPENDER LAS VISITAS
13 Marzo, 2025
Se ha advertido a los familiares y amigos de los internos a que no visiten la prisión inglesa de HMP Ranby, en el condado de Nottinghamshire por temor a propagar la infestación.
La Prisión de Ranby aloja a alrededor de 1.000 prisioneros sentenciados del sexo masculino. Se trata de un complejo de 7 alas.
La infestación se detectó después de que uno de los reclusos notara extrañas lesiones en la piel de su hija, tras haber visitado recientemente a su padre en la prisión.
Una vez que se comprobó que las lesiones era a causa demrdeduras de chinches, se observó que se transmitió a otros prisioneros con las mismas mordeduras.
Finalmente, la alarma se comunicó a los funcionarios de la prisión que pudieron confirmar la infestación.
Un portavoz del Servicio Penitenciario ha afirmado que: "Un pequeño número de celdas están siendo tratadas por chinches, además del traslado de cualquier prisionero afectado y la desinfección de las celdas para evitar la propagación".
Frecuentes plagas de chinches en las cárceles.
Las chinches de cama (Cimex lectularius) son insectos chupadores de sangre que suelen morder a los humanos por la noche y causan molestias, problemas psicológicos y sociales. Estos insectos se consideran un peligro en lugares densamente poblados como las prisiones.
En España, después de que los sindicatos de prisiones alertaran de las plagas de chinches en las cárceles españolas, la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria, elaboró unas "Recomendaciones para la prevención de infestaciones por chinches en Instituciones Penitenciarias".
El Departamento de Justicia de Estados Unidos llevó a cabo una investigación de derechos civiles sobre las condiciones en una cárcel del condado de Fulton en Atlanta (Georgia. USA) donde un recluso murió después de que, según su familia, fuera "comido vivo" por chinches.
El fallecido de 35 años murió en septiembre del 2022 padecía de esquizofrenia, según un informe de autopsia independiente. El interno murió tres meses después de ser ingresado en la cárcel y sus abogados afirmaron que había sufrido picaduras de los insectos en las orejas, la boca, la nariz y por todo el cuerpo.
