LOS EMPLEADOS ENFERMOS CAUSAN HASTA EL 40% DE LOS BROTES DE TOXIINFECCION ALIMENTARIA

Un reciente estudio de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) ha investigado 800 brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos asociados con 875 establecimientos minoristas de alimentos durante 2017-2019 en EE.UU.

 

En 555 de los brotes (69,4%) en los que se conocía el agente infeccioso, los más comunes fueron Norovirus y Salmonella, que representaron el 47,0% y el 18,6% de los brotes, respectivamente. 

 

Aproximadamente, en el 40% de los brotes había un factor asociado a la contaminación de los alimentos por un trabajador que estaba enfermo o en fase de contagio. 

 

De los 725 gerentes de los locales entrevistados, la mayoría (91,7%) dijo que su establecimiento tenía una política que exigía a los trabajadores notificar a su gerente cuando estaban enfermos. 

 

Sólo el 23,0% dijo que su protocolo establecía los cinco síntomas de enfermedad que los trabajadores debían notificar a los encargados (vómitos, diarrea, ictericia, dolor de garganta con fiebre y herida con pus). La mayoría (85,5%) afirmó que su establecimiento restringía o excluía del trabajo a los empleados enfermos. 

 

Los vómitos y la diarrea, dos de los síntomas más comunes de las enfermedades transmitidas por los alimentos, estuvieron presentes en la mayoría de los establecimientos con brotes. 

 

Estos resultados coinciden con los de otros estudios y ponen de relieve el papel de los trabajadores enfermos en el origen de los brotes de toxiinfecciones alimentarias. 

 

Los trabajadores enfermos desempeñan un papel muy importante en los brotes que se producen en los establecimientos de venta de alimentos al por menor y es probable que se necesiten políticas mas exigentes para los trabajadores enfermos a fin de luchar frente a este problema de salud pública. 

 

Los establecimientos de venta de alimentos al por menor podrían reducir los brotes de enfermedades víricas transmitidas por los alimentos protegiéndolos de la contaminación mediante una correcta higiene de las manos y excluyendo del trabajo a los trabajadores enfermos o infecciosos, especialmente si presentan vómitos, diarrea, ictericia, dolor de garganta con fiebre o heridas con pus.

 

Cualquier persona que maneja alimentos tiene una gran responsabilidad. Si el manipulador de alimentos tuviera alguno de estos síntomas, lo primero que debe hacer es informar a su supervisor, quien debería alejarlo del trabajo. A continuación, debería acudir al médico si es necesario y no incorporarse hasta que se tenga el alta hasta al menos 48 horas de que se encuentre libre de síntomas.

 

Hay que tener en cuenta el caso de una mujer embarazada que puede estar vomitando en el trabajo debido al embarazo y no a una enfermedad.

 

Además de informar sobre la enfermedad, el trabajador no debe estar en contacto ni manipular alimentos y en caso de quedarse en el lugar de trabajo debe por todos los medios asegurarse de que no esté en contacto con los alimentos o en los espacios donde se almacenen o manipulen para que no contamine ningún alimento y/o las aguas de bebida.