¿Los chinches de la cama transmiten virus humanos o los humanos propagan los chinches y sus virus?

12 Abril, 2024
Los chinches son una plaga distribuida a nivel mundial que se alimenta de forma rutinaria de sangre de los humanos. A diferencia de muchos artrópodos que succionan sangre, nunca se han relacionado con la transmisión de enfermedades, pero se sabe poco sobre los virus que albergan de forma natural.
 
Un estudio reciente ha realizado una investigación a escala mundial del ARN de los chinches. Para ello, se han secuenciado los metatranscriptomas de 22 chinches (Cimex lectularius y Cimex hemipterus) de 8 lugares de todo el mundo, procedentes de numerosas empresas e investigadores de control de plagas.
 
Han sido muestras de Cimex lectularius de Chequia (n = 3), Francia (n = 1), Reino Unido (n = 3), Roma-Italia (n = 3), Asís-Italia (n = 3), Ohio-EE. UU. (n = 3), de Nueva Jersey, EE. UU.(n=3) y muestras de Cimex hemipterus de Madagascar (n = 3).
 
Se han detectado secuencias de dos virus conocidos de chinches (virus de chinches de Shuangao 1 y virus de chinches de Shuangao 2) que amplían su rango geográfico. También se han identificado tres nuevas secuencias de virus de chinches a partir de un virus similar al tenui (Bunyavirales), un virus similar al toti (Ghabrivirales) y un virus similar al luteo (Tolivirales). 
 
Al analizar las secuencias virales según la ubicación de procedencia del chinche, se han encontrado patrones inesperados de diversidad geográfica que pueden reflejar el papel de los humanos en la dispersión de cinches. Es conocido que los chinches son transportados en la mayoría de las ocasiones por los equipajes de personas que realizan viajes. 
 
También se ha investigado el efecto que la bacteria Wolbachia, presente mayoritariamente en los chinches de cama, puede tener en la abundancia viral y se ha comprobado que la infección por Wolbachia no promueve ni inhibe la infección viral.
 
Como conclusión del estudio, los autores afirman que se abren preguntas interesantes sobre la virosfera de los chinches, pero no se ha encontrado evidencia de que transmitan ningún virus patógeno humano conocido.
 
Por el contrario, los humanos pueden impulsar la diversidad del virus de las chinches al facilitar la dispersión a lo largo de toda la geografía mundial. 
 
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