Las fuentes y colegios son los espacios que más visitan las gaviotas en Barcelona

Un nuevo estudio del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) y la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) ha revelado que las gaviotas pueden dispersar bacterias zoonóticas y resistentes a los antibióticos en las ciudades, aunque el riesgo de transmisión es bajo.

 

Además de analizar la presencia de las bacterias en las gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), se ha hecho un seguimiento de los movimientos de estos animales identificando las distancias que recorren y los espacios que más visitan. 

 

En concreto, el trabajo, publicado en Science of the Total Environment, evalúa la presencia de bacterias patógenas en las gaviotas patiamarillas que viven en la ciudad de Barcelona. Para su elaboración se capturaron y analizaron un total de 129 gaviotas.

 

Los resultados muestran la presencia de Escherichia coli resistente a antibióticos en el 14% de las gaviotas muestreadas y una baja prevalencia de Campylobacter jejuni y Listeria monocytogenes. Asimismo, durante los análisis no se detectó ni Yersinia enterocolitica ni Salmonella spp. 

 

Por otro lado, el equipo científico estudió los movimientos de las gaviotas capturadas mediante el uso de dispositivos GPS, generando mapas de dispersión potencial de las bacterias e identificar el tipo de instalaciones más sensibles a la presencia de estos patógenos, como es el caso de los centros de atención primaria, los hospitales, los establecimientos e industrias alimentarias, los centros escolares o las fuentes ornamentales.

 

Los resultados muestran que las fuentes ornamentales en primer lugar, y los equipamientos escolares en segundo, son los espacios más visitados por las gaviotas en las áreas urbanas.

 

Otra de las conclusiones relevantes del estudio es que las gaviotas inmaduras pueden dispersar patógenos a distancias mucho mayores que las adultas. Así, mientras las primeras se pueden desplazar hasta 167 kilómetros, las segundas alcanzan, de media, 53 kilómetros.