INFORME SOBRE INSECTOS COMESTIBLES Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

01 Mayo, 2021

Mientras que el consumo de insectos por parte de los humanos o entomofagia se ha practicado tradicionalmente en varios países durante generaciones y representa un componente dietético común de algunas especies animales (aves, peces, mamíferos), la cría de insectos para la alimentación humana y animal es relativamente reciente. 

La producción de este
"mini-ganado" conlleva algunos beneficios, pero también riesgos potenciales. 

Ante esta situación, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha publicado el documento “Looking at edible insects from a food safety perspective”.

El objetivo de este documento es ofrecer una visión general de los problemas de seguridad alimentaria que podrían estar asociados a la producción y el consumo de estos insectos. 

Se consideran algunos peligros potenciales para la seguridad alimentaria de los insectos comestibles: biológicos(bacterias, virus, hongos, parásitos), químicos (micotoxinas, plaguicidas, metales pesados, antimicrobianos) y físicos.

También se discute el potencial de riesgos alergénicos y se presentan los marcos regulatorios que rigen los insectos comestibles en varias regiones. 

Salvo en algunas regiones, hay una ausencia de marcos normativos para apoyar la producción, la evaluación de riesgos, las medidas de control de calidad y la comercialización de insectos. 

Los insectos están incluidos en la definición de «nuevo alimento» del nuevo Reglamento (UE) 2015/2283 relativo a los nuevos alimentos.

En consecuencia, cualquier empresa que quiera comercializar insectos para alimentación humana en la Unión Europea, debe obtener la autorización correspondiente.

En enero de 2021, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó la primera evaluación de seguridad de un insecto como nuevo alimento, el conocido como gusano de la harina, tanto el insecto completo seco como en forma de polvo (larva Tenebrio molitor). 
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