FALLECE UNA FAMILIA EN UN HOTEL DE TURQUÍA TRAS FUMIGAR UNA PLAGA DE CHINCHES

26 Noviembre, 2025
Un matrimonio alemán de Hamburgo ha fallecido a las pocas horas de alojarse en un hotel de Estambul (Turquía). Llegaron al hotel el 9 de noviembre. Durante sus primeros días visitaron lugares turísticos y probaron la gastronomía local como kebabs, delicias turcas, kokoreç y mejillones rellenos. La noche del 12 de noviembre, después de haber comido los moluscos con arroz en un puesto callejero, comenzaron a sentirse mal con náuseas y vómitos.
 
Tras el paso de las horas, murieron la mujer de 27 años y sus hijos de 6 y 3 años. Al día siguiente falleció el padre de la familia de 38 años.
 
Las versiones iniciales señalaban como principal causa de muerte a una intoxicación alimentaria, pero, tras las investigaciones, surgió la hipótesis de una intoxicación por un pesticida.
 
Según las investigaciones publicadas, el 10 de noviembre, la gerencia del hotel recibió una queja por la presencia de insectos en la habitación 101 y contrató a una empresa de control de plagas. Al día siguiente, mientras la familia paseaba, un exterminador pulverizó productos químicos en la habitación, además de aplicar un gel contra cucarachas, dejando selladas algunas aberturas. 
 
Al parecer, ni él ni su empresa contaban con certificación ni preparación específica. El análisis toxicológico de las víctimas indicó la presencia de fosfuro de aluminio, un químico utilizado en plaguicidas que libera fosfina al reaccionar con la humedad, un gas extremadamente tóxico.
 
La familia se alojaba un piso por encima de la habitación tratada y se cree que los gases se desplazaron a través de los conductos de ventilación. Otros huéspedes del hotel también presentaron síntomas, aunque menos graves.
 
En los últimos días, también se han recogido muestras biológicas de los cuerpos de los fallecidos para realizar exámenes químicos y microbiológicos.
 
Además del dueño del hotel, las fuerzas de seguridad arrestaron a dos empleados, un trabajador de fumigación y dos comerciantes de alimentos. La investigación esta realizando una revisión exhaustiva de los registros de uso de pesticidas en el edificio y la cadena de intermediarios responsables de su aplicación, a fin de establecer posibles negligencias o violaciones normativas.

Fosfuro de aluminio.
 
El fosfuro de aluminio es un biocida sólido usado como una sustancia ideal para la conservación de los cereales en granos, ya que es altamente tóxico contra los insectos que los infestan en todos sus estadios sin afectar las semillas y su germinación.
 
También se utiliza para matar pequeños mamíferos como topos y roedores. Las pastillas o gránulos, conocidos como «píldoras de trigo», suelen contener también otras sustancias químicas que reducen el amoníaco y el dióxido de carbono (por ejemplo, carbamato de amonio), que ayuda a evitar la ignición o explosión espontáneas del gas fosfina.
 
Cuando entran en contacto con el aire o la humedad, las tabletas de fosfuro de aluminio liberan por hidrólisis fosfina (hidrógeno fosforado), que en lugares cerrados puede acumularse en cantidades tóxicas. El olor picante del amoníaco es la primera señal de que se ha iniciado la descomposición y se empezará a liberar el gas fosfina por la hidrólisis del fosfuro de aluminio.
 
Los síntomas de la intoxicación son bastante inespecíficos como dolor en el epigastrio, vómitos, diarrea, mareos, disnea y en algunos casos acompañado de un olor a ajo que es característico de esta intoxicación lo que aumenta la sospecha.
 
Intoxicaciones en España por fosfuro de aluminio.
 
En un municipio de Córdoba, en 2009, dos hermanas de 6 y de 9 años tuvieron una intoxicación letal por inhalación de fosfuro alumínico, tras su uso inadecuado en el medio rural en la casa contigua (un almacén agrícola). Se comprobó que no se habían seguido las recomendaciones de seguridad establecidas en el empleo de este plaguicida para la desinsectación.
 
En 2014, el reciclaje de envases usados de fosfuro de aluminio causó la muerte de tres miembros de una familia en Alcalá de Guadaira (España). Los habían estado guardando en bolsas de plástico en el cuarto de baño. Las muertes fueron accidentales, ya que el fosfuro de aluminio reaccionó con el agua o la humedad y se convirtió en fosfina, lo que les causó la muerte en cuestión de horas.
 
Una mujer y su hijo de 16 años fallecieron en 2023 tras una posible intoxicación por fosfuro de aluminio al fumigar una nave anexa a su domicilio en la localidad de Carbonero de Ahusín (Segovia).