EL PELIGRO DE DAR DE COMER A LAS PALOMAS EN LA CALLE

08 Marzo, 2021

Aunque la práctica está muy extendida, dar pan a las palomas no es lo más sano para las aves ni lo más salubre para el entorno urbano. 
 
Muchas ordenanzas municipales prohíben dejar comida en el suelo para alimentar a las palomas y los ayuntamientos promueven campañas de concienciación entre sus vecinos para poner freno a esta peligrosa costumbre. 
 
Las medidas para controlar el número de palomas, como la captura de ejemplares, no sirven si hay personas que siguen dando de comer a estas aves día tras día.
 
Son varios los estudios demuestran que las poblaciones de palomas disminuirían en un 50 % si no se les diera comida por los viandantes.
 
Estas aves, tan gráciles y simpáticas, transmiten enfermedades como la histoplasmosis, clamidiosis, toxocariasis, salmonelosis y criptococosis.
 
También las palomas son portadoras de parásitos externos como chinches y garrapatas.
 
Un aumento incontrolado de su población además genera otros inconvenientes debidos a los daños que causan con sus excrementos y nidificaciones.
 
Además del daño para el mobiliario urbano y el patrimonio arquitectónico que genera la presencia masiva de palomas, los restos de comida que se lanzan en la vía pública suponen un atractivo para otro tipo de plagas como las gaviotas, ratas, hormigas o cucarachas.
 
Otra medida muy arriesgada es hacerse fotos con las palomas posadas sobe el cuerpo de las personas, especialmente con niños, que pueden transmitir fácilmente cualquier enfermedad o infestación.