El origen y la propagación de la cucaracha alemana (Blattella germánica)

12 Junio, 2024
El origen de la cucaracha alemana, Blattella germanica, es enigmático, en parte porque es omnipresente en todo el mundo en estructuras construidas por el hombre, pero no se encuentra en ningún hábitat natural.
 
La cucaracha alemana o rubia que se mueve a gran velocidad, capaz de escalar cualquier superficie y volar, es la plaga de cucarachas más frecuente en el mundo.
 
Los primeros registros históricos de esta especie son de hace unos 250 años en Europa central, de donde adquirió su nombre. 
 
Sin embargo, investigaciones más recientes sugieren que el origen es asiático, donde se encuentran sus parientes más cercanos. 
 
Para resolver esta incógnita, se ha realizado un estudio muestreando marcadores de todo el genoma de 281 cucarachas de 17 países en seis continentes. 
 
De ese modo, señalan los científicos, coordinados por Quian Tang, del departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Singapur que se ha confirmado que B. germanica evolucionó a partir de la cucaracha asiática Blattella asahinai aproximadamente hace 2.100 años, probablemente adaptándose a los asentamientos humanos en la India o Myanmar. 
 
Los análisis genómicos reconstruyeron dos rutas primarias de propagación global, una ruta más antigua hacia el oeste de Oriente Medio que coincide con varias dinastías islámicas (~1.200 años), y otra ruta más joven hacia el este que coincide con el período colonial europeo (~390 años). 
 
Si bien Europa no fue fundamental para la propagación de la cucaracha alemana, los avances europeos en el transporte de larga distancia y las viviendas con temperaturas controladas fueron probablemente importantes para la propagación global más reciente, aumentando las posibilidades de dispersión y establecimiento en nuevas regiones.
 
En fecha tan reciente como el siglo XVIII, la cucaracha alemana aún se encontraba mayoritariamente en Asia. La expansión hacia el este probablemente se debió a las actividades comerciales coloniales europeas entre el sur y el sudeste de Asia (quizás las compañías holandesas y británicas de las Indias Orientales).
 
A continuación, la cucaracha alemana se extendió por el resto del mundo entre finales del siglo XIX y principios del XX, lo que coincide con el mayor volumen de primeros registros.

Los avances que aceleraron el transporte (por ejemplo, las máquinas de vapor) y con ello la globalización del comercio, y el aumento de la comodidad en las viviendas (fontanería y calefacción interior), permitieron a las poblaciones de cucarachas alemanas colonizar regiones que antes habían sido inaccesibles debido a la elevada mortalidad durante los viajes de larga distancia y a la escasa tolerancia al frío.
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