
EL CONGRESO APRUEBA LA LEY DE PREVENCIÓN DE PÉRDIDAS Y DESPERDICIO ALIMENTARIO
31 Marzo, 2025
La Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario ha concluido su tramitación parlamentaria y está pendiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado para entrar en vigor.
Esta ley regula el uso preferente de los alimentos para consumo humano favoreciendo la donación, y por otro trata de concienciar a la sociedad sobre la necesidad de disminuir el despilfarro de los alimentos.
Su objetivo es fomentar las buenas prácticas desde los productores primarios, en la fase de cosecha y recolección de los alimentos, hasta los consumidores, en el hogar o en bares y restaurantes, ya que el desperdicio de alimentos se produce a lo largo de toda la cadena alimentaria.
El texto define como agentes de la cadena alimentaria a los siguientes operadores:
· sector primario, incluyendo cooperativas y demás entidades asociativas agricolas
· entidades o empresas de elaboración, fabricación o distribución de alimentos
· comercios al por menor
· empresas del sector de la hostelería o la restauración
· proveedores de servicios de iniciativa social y organizaciones sin ánimo de lucro que distribuyen alimentos donados, como los bancos de alimentos, y las administraciones.
La ley establece una "jerarquía de prioridades de actuación": en primer lugar, la prevención mediante la donación de alimentos o su transformación y en segundo lugar se procederá al reciclado para la producción de compost.
Se señalan como buenas prácticas una mejor planificación de los menús, la compra sostenible, la cocina de reaprovechamiento, la correcta interpretación de las fechas de caducidad y de consumo preferente y el reciclaje.

En el año 2021, los españoles desperdiciaron más de 1.240 millones de kilos de alimentos en los hogares. Aunque está cantidad supone una reducción del 8,6% con respecto a los más de 1.300 millones de kilos desperdiciados en 2020, 3 de cada 4 hogares continúa desperdiciando alimentos.
En la Unión Europea, una estimación de FUSIONS, 2016 , revela que el 70 % del desperdicio de alimentos surge en los sectores doméstico, de servicios de restauración y minoristas, mientras que los sectores de producción y procesamiento de alimentos contribuyen con el 30 % restante.
A nivel mundial, se desperdician o pierden alrededor de un tercio de los alimentos que se producen. Las tasas más altas se sitúan en el 40–50% para tubérculos, frutas y hortalizas; 35% para pescado; 30% para cereales y 20% para semillas oleaginosas, carne y productos lácteos.
