Efectividad de la monocloramina frente a Legionella en el agua caliente sanitaria

06 Febrero, 2024
El riesgo de infección por Legionella es crítico en los hospitales y otros edificios relacionados con la asistencia sanitaria. Los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas y, en general, cualquier afección asociada a la inmunodeficiencia pueden contribuir significativamente a aumentar la susceptibilidad individual y la gravedad del pronóstico.
 
Además, la práctica de procedimientos clínicos relacionados con las vías respiratorias puede aumentar el riesgo de exposición a la Legionella transmitida por inhalación de gotas de agua contaminada.
 
Por tanto, los pacientes de los centros sanitarios son generalmente propensos a una mayor vulnerabilidad, con mayor riesgo de enfermedad y mortalidad. En Europa, entre el 7-10 % de los casos de legionelosis se adquieren en centros hospitalarios. 
 
El Istituto Superiore di Sanità (ISS) informó de que, en 2021 la tasa de letalidad de los casos adquiridos en el hospital en Italia era incluso del 40,5%.
 
Para evitar este peligro para la salud, se requiere la aplicación precisa de un Plan de Seguridad del Agua (PSA) específico para cada hospital, la elección de un sistema de desinfección del agua adecuado y un amplio programa de vigilancia. La nueva Directiva europea sobre agua potable ha resaltado caún más la importancia de la legionela y su impacto en la calidad del agua y la salud humana al introducirla como nuevo parámetro que debe controlarse en todos los sistemas de distribución de agua, con especial atención a los edificios prioritarios, como los hospitales.
 
En una experiencia de diez años en un hospital italiano, la gestión del riesgo de legionelosis se confió a un Grupo de Trabajo multidisciplinar, aplicando los principios del PSA de la Organización Mundial de la Salud.
 
Se trataba de uno de los mayores centros sanitarios de Italia, con 997 camas distribuidas en 320.000 metros cuadrados. El hospital consta de 7 torres de cinco pisos y un edificio central de tres plantas.
 
Sistema de desinfección del agua caliente sanitaria con monocloraminas.
 
La elección del método de desinfección complementaria en el agua caliente adecuado es un punto clave de la estrategia adoptada para la prevención de la legionelosis. Son pocos los biocidas que pueden tener un efecto en el agua caliente sanitaria sin perjuicios para la instalación y que estén autorizados para su utilización. El tratamiento térmico se considera ineficaz pues varios estudios han confirmado recientemente que no puede considerarse un método fiable para prevenir la proliferación de Legionella, ya que a menudo da lugar a fenómenos de rebrote acompañados por la aparición de cepas cultivables y termotolerantes.
 
De acuerdo con su estructura química, la monocloramina es un oxidante débil capaz de reaccionar específicamente con algunos aminoácidos de las proteínas microbianas perjudicando así de forma letal los procesos metabólicos esenciales y provocando la muerte celular. 
 
Su baja reactividad y su consiguiente estabilidad mejorada le permiten persistir en los sistemas de distribución de agua, garantizando una desinfección residual adecuada en las salidas distales, y penetrar en el biofilm alcanzando cuantitativamente sus capas profundas de proliferación activa. 
 
Dado su moderado potencial redox, también garantiza la compatibilidad tanto con tuberías de plástico como metálicas y en esta experiencia no se han registrado ni fallos en las tuberías ni problemas de corrosión a pesar de los diez años de tratamiento ininterrumpido.
 
Como tratamiento, el agua caliente se ablandaba hasta alcanzar los 15 °F y luego se trataba con monocloramina producida y dosificada in situ por un sistema patentado manteniendo la concentración residual de monocloramina entre 2 y 3 mg/L.
 
Las concentraciones de monocloramina y amoníaco se controlaban en puntos centinela dentro de los edificios mediante análisis in situ. Se analizaron una media de 250 muestras de agua al año para detección de legionella y otros patógenos para permitir una evaluación del estado microbiológico de la red.
 
Los datos recogidos confirmaron la eficacia de esta estrategia pues el porcentaje de muestras positivas no superó el 1% anual y nunca se produjeron casos de legionelosis nosocomiales.
 
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