DE UNA SÓLA VEZ, LAS MOSCAS DE LA FRUTA VUELAN HASTA 15 KILÓMETROS

07 Mayo, 2021
Los científicos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) han descubierto que las moscas de la fruta pueden volar hasta 15 kilómetros en un solo viaje, lo que sería más de 10.000 kilómetros para un ser humano. 
 
Para descubrirlo, el equipo realizó experimentos en el desierto de Mojave, en California, soltando moscas y atrayéndolas a trampas que contenían zumo fermentado para determinar su velocidad máxima.
 
La investigación ha sido publicada recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
 
En la década de 1970, un grupo de genetistas realizaron un experimento similar cubriendo cientos de miles de moscas con polvo fluorescente y soltándolas al aire libre. Para sorpresa de los investigadores, algunas moscas aparecieron en cubos de plátanos podridos a 15 kilómetros de distancia al día siguiente.
 
Sin embargo, según Michael Dickinson, profesor de Bioingeniería y Aeronáutica, nadie había intentado repetir este experimento, por lo que no se sabía con exactitud a qué velocidad vuelan las moscas y cuántos kilómetros pueden recorrer en realidad.
 
Las primeras moscas de la fruta tardaron unos 16 minutos en volar un kilómetro para llegar a las trampas, lo que corresponde a una velocidad de aproximadamente 1 metro por segundo. 
 
Han demostrado que una mosca de la fruta bien alimentada tiene energía suficiente para volar de forma continuada durante tres horas, pudiendo alcanzar los 15 kilómetros en un solo vuelo. 
 
Además, con ayuda del viento o una brisa suave podrían llegar incluso más lejos. 
 
Este estudio tiene implicaciones en el campo de la ecología, pues permite saber cómo se mueven las poblaciones de moscas alrededor del mundo. De esta forma, también se puede estudiar y analizar el movimiento de las especies invasoras que causan daños importantes en la agricultura en numerosas partes del planeta.
 
Los daños producidos por el efecto de la picadura de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata)  sobre el fruto, para realizar la ovoposición, es una vía de  entrada de hongos y bacterias que descomponen la pulpa. Todo esto produce una maduración precoz y caída del fruto, y la consiguiente pérdida de cosecha.