¿CUÁNTAS ESPECIES INVASORAS DE AVISPAS HAY EN ESPAÑA?
15 Febrero, 2023
España cuenta con varias especies de avispas nativas; las más comunes, avispa común (Vespula vulgaris) y la europea (Vespula germanica), son también las más fáciles de reconocer; apenas 20 milímetros de longitud, de color negro y amarillo, con el típico bandeado amarillo en su abdomen, y con un par de puntos negros en cada banda. Pueden confundirse con la avispa papelera (Polistes dominuta), también ibérica. Hay algunas otras avispas de menor tamaño, pero hay otras dos, muy llamativas, que también viven en la península ibérica, y son de tamaño bastante más grande. El avispón europeo (Vespa crabro) de hasta 35 milímetros, color pardo, y con el abdomen también amarillo y punteado de negro. Aún más grande es la avispa mamut (Megascolia maculata), de hasta 50 milímetros, negra con la cabeza amarilla y manchas en el abdomen del mismo color.
En las últimas décadas, sin embargo, están entrando nuevas especies de avispas exóticas en nuestro territorio, especialmente las del género Vespa. De las 22 especies reconocidas de este género, solo el mencionado avispón europeo está presente de forma natural en España. En este caso, la normativa actuó de modo preventivo, y el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras recoge todas las especies del género Vespa, excepto las dos especies europeas, como invasoras. Si bien, solo tres han llegado a introducirse y expandirse como tales.
La avispa asiática, la más famosa
La avispa asiática (Vespa velutina) fue la primera avispa invasora en llegar a España. Mucho se ha escrito sobre este gran insecto. La reina o el macho llegan a medir 32 milímetros de longitud, aunque la obrera no supera los 25 milímetros. El punto exacto de introducción no está claro, pero se sabe que todas las poblaciones invasoras en Europa proceden de una sola hembra, introducida en algún lugar de Francia entre 2002 y 2005. En España entró a través de tres focos, Navarra, Catalunya y Galicia, aunque terminó formando un solo frente de invasión, que avanza hacia el sur a una velocidad de 100 kilómetros al año.
Su coloración es mucho más oscura que la del avispón europeo, y no cuenta con esas bandas amarillas y negras tan características de la especie nativa. En su lugar, esta avispa es negra, y presenta en el abdomen un solo segmento de color anaranjado, que puede llegar hasta pardo.
En invierno, machos y obreras mueren, y las reinas entran en un estado de latencia hasta la primavera siguiente. Con la llegada del calor, la reina forma un primer nido a partir de fibra de madera masticada y mezclada con saliva. Este nido fundacional suele ser de pequeño tamaño, pero si resulta adecuado, servirá de base para formar una colonia, apilando capas consecutivas de más material. A finales del verano, los nidos más grandes pueden medir hasta un metro, y albergar miles de avispas, con cientos de hembras fértiles, capaces de formar una nueva colonia en la primavera siguiente.
La avispa adulta se alimenta de néctar de flores o de frutas que abre con sus mandíbulas. Sin embargo, han mostrado un comportamiento depredador muy voraz, afectando de forma muy grave a las poblaciones nativas de insectos, incluyendo polinizadores. Esto se debe a que las larvas son carnívoras, por lo que los adultos suelen llevar las presas a los nidos para alimentarlas. En el ámbito socioeconómico, provoca serios impactos en la producción hortofrutícola, por el ataque a las frutas, y en el sector apícola. Además, su picadura es peligrosa y puede desencadenar reacciones alérgicas.
El avispón oriental
Se ha mencionado que, según el Catálogo de Especies Invasoras, todas las especies del género Vespa se consideran invasoras, salvo las que aparecen de forma natural en Europa. Una de ellas, evidentemente, es el avispón europeo, nativa de la península ibérica. Pero hay otra especie —el avispón oriental (Vespa orientalis)— que se excluye según la norma, puesto que está presente de forma nativa en el este de Europa, desde Italia, por el sudeste del Mediterráneo, pasando por el Cáucaso, Oriente Medio y hasta Asia Central. No es, por tanto, nativa en España, y se ha observado su presencia en nuestro país.
El primer reporte se remonta al año 2012, en los Jardines del Real, en Valencia, aunque se considera que, de esta primera introducción, ninguna hembra consiguió sobrevivir al invierno. No obstante, desde entonces se han hallado varias poblaciones de esta avispa en las provincias de Cádiz y Málaga, probablemente procedentes de una introducción reciente en Algeciras (Cádiz) en 2018.
Esta avispa presenta una coloración general rojiza o parda, con dos segmentos abdominales de color amarillo vivo, mucho más claro que la mancha anaranjada de V. velutina. El tamaño es similar al de la avispa asiática.
Su carácter invasor, desde el punto de vista de la ecología, está fuera de toda duda; sin embargo, como sucede con otras especies como el eucalipto o la robinia, esta invasividad no está recogida en la normativa española.
El avispón bicolor
El avispón bicolor (Vespa bicolor) es otra avispa de origen asiático, pero a diferencia de las especies anteriores, que fueron introducidas en el siglo XXI, el primer reporte de introducción de esta especie en Europa se remonta a más de dos siglos atrás, al año 1804, en Marsella. Sin embargo, aquella población parece que no llegó a prosperar, y la especie no logró naturalizarse hasta hace muy poco. El primer reporte en España es de 2013, en Coín, Málaga, y se detectó por unas fotografías que se subieron a internet.
Desde esta introducción, se han observado más poblaciones de avispón bicolor, pero solo en tres localidades de la provincia de Málaga: Coín, Mijas y Alhaurín el Grande. Por lo tanto, aunque la legislación reconoce su capacidad invasora, de momento se podría considerar que todavía no se comporta como tal. Lo cual no significa que no se deba prestar atención; de hecho, esta situación es óptima si se quiere luchar contra una invasión futura, controlando, y si es posible, eliminando las poblaciones existentes antes de su expansión.
El avispón bicolor es claramente distinto a cualquiera de las especies anteriores; su cuerpo es eminentemente amarillo, con parte de la cabeza y el centro del tórax negro. En el abdomen tiene unas bandas transversales muy finas, que pueden ser desde un sutil tono acaramelado hasta negro, pero el amarillo sigue siendo el color dominante.
Otras avispas invasoras
Al margen del género Vespa, existen otras especies de avispas en España que tienen o pueden llegar a tener carácter invasor. Destacan especialmente dos especies de avispa, mucho más pequeñas, que aunque aún no se consideran invasoras, no se descarta que pasen a serlo en pocos años. En Oviedo se ha registrado la presencia de avispa papelera americana (Polistes bischoffi), mientras que la avispa alfarera cazadora de arañas(Sceliphron curvatum), una especie asiática bastante pacífica, se ha observado en la provincia de Córdoba.
Al igual que sucedía con el avispón bicolor, de momento estas poblaciones parecen estar muy restringidas, por lo que puede ser el momento ideal para aplicar métodos de control tempranos y solucionar el problema antes de que se produzca. Con las especies invasoras, como en la mayor parte de los problemas potenciales, más vale prevenir que curar, y en este caso tenemos la oportunidad de hacerlo.
Articulo de MUY INTERESANTE de Álvaro Bayón (Vary). Divulgador científico y Doctor por la Universidad de Sevilla, fue investigador durante cuatro años en la Estación Biológica de Doñana. También posee un máster en valoración de riesgos naturales por la Universidad de León, donde se licenció. Es profesor del máster de divulgación científica de la Universidad Isabel I. https://www.muyinteresante.es/naturaleza/59591.html