
CONSEJOS PARA PREVENIR TOXIINFECCIONES ALIMENTARIAS EN EL VERANO
29 Mayo, 2025
Las toxiinfecciones alimentarias son las enfermedades que se producen por la ingestión de alimentos con presencia de gérmenes patógenos o sus toxinas.
Los meses de verano constituyen una época especialmente crítica, porque las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos.
Asimismo, en esta época hay una mayor tendencia a comer fuera de casa y es más probable que no se mantengan los alimentos a las temperaturas adecuadas. Por ello, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda la observación de las siguientes normas, basadas en las llamadas “Reglas de Oro” para la preparación higiénica de los alimentos de la Organización Mundial de la Salud.
La adopción de estas sencillas precauciones evitará numerosas enfermedades provocadas por una inadecuada manipulación o conservación de los alimentos.
1. Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente.
No se debe consumir leche cruda sin tratamiento térmico previo. Las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados. En los establecimientos de restauración es obligatorio el empleo de ovoproductos en la elaboración de platos a base de huevo crudo en los que no se alcancen al menos 70 °C durante dos segundos en el centro del producto o 63 °C durante veinte segundos en el centro del producto si se sirve para su consumo inmediato. Si preparas estos alimentos en casa, debes consumirlos inmediatamente, no aprovechar las sobras y, de no consumir de inmediato, conservarlos en frío.

2. Cocinar correctamente los alimentos de origen animal.
Los alimentos pueden estar contaminados por microorganismos, los cuales pueden ser destruidos por el calor. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que este alcance un mínimo de 70 °C en el centro del producto, al menos durante 2 minutos
3. Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados.
Evita dejar los alimentos cocinados a temperatura ambiente. Es la mejor manera de que no proliferen los gérmenes.
4. Conservar correctamente los alimentos cocinados.
Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse bajo la acción del calor, por encima de 60 °C, o del frío, a 5 °C como máximo.
Con el fin de prevenir la anisakiasis, si vas a preparar en casa pescado crudo o poco cocinado (preparaciones culinarias como los boquerones en vinagre), hazlo después de haberlo mantenido congelado durante cinco días a una temperatura de -20 °C o inferior. Esta temperatura solo se alcanza en frigoríficos de tres estrellas (***) o más. Si tu frigorífico tiene menos de tres estrellas, compra el pescado ya congelado.
5. Calentar suficientemente los alimentos cocinados.
Para conservarlos después de su preparación, puedes mantener caliente hasta su consumo aquellos alimentos que lo permitan (sopas, purés, guisos...). Otro tipo de alimentos que no puedan ser sometidos a calor (ensaladas, gazpachos, etc.), deben ser refrigerados inmediatamente. Las sobras de comidas deben refrigerarse lo antes posible, no debiendo estar más de 2 horas a temperatura ambiente.
No siempre es posible aprovechar sobras de una comida anterior, pero si decides hacerlo, calienta dichas sobras a la temperatura máxima antes de consumirlo (70 °C durante dos minutos). Si utilizas microondas para cocinar o recalentar los alimentos, sigue las instrucciones del fabricante para elegir el tiempo y potencia adecuados, asegurando que se alcanza la temperatura mencionada anteriormente.

6. Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados.
Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con los alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado con un alimento crudo (cuchillos, tablas, superficies, trapos, etc.).
El trapo de cocina o la bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación. Es preferible usar papel de cocina.
7. Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina.
La persona que manipule alimentos debe observar unas estrictas prácticas higiénicas. Es imprescindible que tenga las manos siempre limpias, que se las lave cada vez que haga falta y siempre que haga uso del servicio.
Las superficies donde se manipulan los alimentos (tablas de cortar, encimeras), así como los utensilios de cocina, deben mantenerse limpios. Se debe tener especial cuidado en almacenar la basura en recipientes lisos, lavables y cerrados y que estos no se encuentren cerca de los alimentos.
8. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y otras plagas.
No hay que olvidar que los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos que originan enfermedades de transmisión alimentaria.
9. Utilizar exclusivamente agua potable.
El agua potable no es sólo imprescindible para beber, sino también para preparar los alimentos. No se debe beber ni usar agua procedente de pozos que no esté potabilizada.
10. No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.
En bares, cafeterías, restaurantes, etc., todos los alimentos perecederos deben estar protegidos por vitrinas y conservados en condiciones sanitarias adecuadas y refrigerados cuando sea preciso. Si estas medidas no se cumplen, los alimentos deben ser rechazados.
