Chinches en 2024: realidades, riesgos y bulos

06 Mayo, 2024
La chinche común (Cimex lectularius) es una plaga de insectos que succionan la sangre y han causado una importante preocupación y una amplia cobertura en los medios de comunicación durante los últimos meses de 2023. Este insecto nocturno y gregario, que ha convivido con el hombre durante miles de años, era bien conocido antes de la Segunda Guerra Mundial (1). En la década de 1950, había desaparecido de las preocupaciones diarias, al menos en las grandes ciudades. Posteriormente, la prohibición de insecticidas que eran más efectivos, pero demasiado peligrosos para la salud humana, como el DDT (diclorodifeniltricloroetano) y la aparición de resistencias a otros insecticidas, ha favorecido su crecimiento, primero en los Estados Unidos y luego en Europa. 
 
En Francia, el porcentaje de hogares infectados, que era alrededor del 7 % en 2014, se estimó en un 11 % en 2023 (2). Hay otras varias causas de este incremento: 
 
·      el aumento de los casos de contaminación durante los viajes, 
·      el aumento del mercado de segunda mano (muebles, en particular la ropa de cama), 
·      el desconocimiento del insecto (apariencia, tamaño, comportamiento, estilo de vida) (3),
·      el deterioro o las ruinas en algunas viviendas, lo que facilita la colonización de todo el edificio. 
 
La cobertura actual de los medios de comunicación de los chinches, particularmente en las redes sociales, con respecto a su presencia y su apariencia macroscópica, sin duda explica su creciente identificación por un mayor número de personas. Si la mayoría de las infestaciones afectan a los hogares, estos parásitos pueden ser transportados por los humanos a múltiples lugares (hoteles, albergues juveniles, transporte público, cines, hospitales, restaurantes…). Todas las principales ciudades del mundo se ven afectadas, especialmente los lugares de grandes concentraciones o peregrinaciones (4, 5). Todas las clases sociales se ven afectadas y la falta de tratamiento asociada con la falta de higiene puede empeorar la situación. 
 
El comportamiento nocturno de estos insectos, combinado con su capacidad de esconderse de manera muy efectiva en las grietas de la pared lejos de la luz, hace que sea difícil detectar su presencia. Las chinches pueden alimentarse de otras especies (ratas, conejillos de indias, conejos, aves, gatos, etc.) sin que los propietarios se den cuenta de su presencia en la casa (6). Las chinches de cama suelen ser detectadas por sus víctimas después de las picaduras, o mediante la inspección visual de las manchas de sangre, los huevos, las exuvias (pieles) o los propios insectos. Por lo general, muerden las áreas descubiertas como la cara, el cuello y los brazos. Algunas personas pueden albergar chinches en su casa sin ninguna lesión visible y el 20 % de las personas no reaccionan a las picaduras (7) que suelen seguir la línea de un vaso sanguíneo y que generalmente son indoloras y solo se notarán después de varias horas. La lesión típica de la piel, similar a la de otras picaduras de artrópodos, es una pápula eritematosa y con picazón de un diámetro de 5 mm a 2 cm, cubierta por una capa hemorrágica o vesícula (8). Nunca se ha demostrado que las chinches puedan transmitir a los humanos ninguno de los 45 patógenos que pueden albergar (incluyendo Bartonella spp.) (9).
 
El diagnóstico se basa en una búsqueda cuidadosa y sistemática de cualquier evidencia de la presencia del insecto (chinches adultas o juveniles, huevos, excrementos, rastros de sangre) utilizando herramientas simples como una linterna y una lupa. La búsqueda debe llevarse a cabo en lugares de proliferación frecuente: camas (60%), sillas y sofás (23%), paredes y techos (3%), zócalos (2%), otros muebles (1%) y objetos de madera (3%) (marcos, mesitas de noche, etc.) (9). En caso de duda, hay algunos análisis complementarios en el mercado que pueden detectar la presencia de chinches vivas o muertas. Este diagnóstico se puede confirmar mediante un perro entrenado que olfatea chinches que es el método de diagnóstico más efectivo (97,5% de tasa de éxito). La información propuesta actualmente por la Unión de Expertos en detección canina de Chinches ofrece criterios y herramients en el entrenamiento de perros. 
 
El tratamiento debe favorecer los medios de control mecánicos y térmicos (10): aspirar superficies, congelar la ropa y los pequeños objetos infestados a - 20 °C durante al menos 48 horas, lavado a máquina a 60 °C durante al menos una hora, limpieza con vapor a 120 °C (eficaz para eliminar todas las etapas de desarrollo del parásito) o calentar el aire en tiendas de campaña. Como tratamiento, la desinsectación química con productos autorizados (6) es necesaria, dos veces para una eliminación efectiva, debiéndose respetar las reglas de su uso. La primera aplicación mata a los adultos y a las larvas, pero no afecta a los huevos, lo que justifica una segunda aplicación para matar las chinches jóvenes recién nacidas. 
 
En este contexto, la Academia Nacional de Medicina recomienda:
 
- la información al público sobre los medios para diagnosticar la infestación de chinches en el hogar y, en particular, una hoja informativa sobre el riesgo al viajar (dejar una maleta en la cama en un hotel ...).
 
- la inspección regular de la ropa de cama y los sitios habituales en riesgo de propagación (alquileres de vacaciones, hoteles, cines, transporte público, etc.) con la creación de documentos que informen de la autoinspección.
 
- garantizar la experiencia de los profesionales que trabajan en este campo (certificación del técnico/perro olfateador y de las empresas de control de plagas) y el etiquetado de productos efectivos.
 
- un aviso a los ocupantes sobre el riesgo de propagación rápida de chinches dentro de un edificio y sobre la necesidad de un tratamiento que, para ser efectivo, puede ser largo y costoso.
 
- la inclusión de una sección sobre chinches en las políticas de higiene y limpieza del hogar.
 
Referencias:
 
1.        Usinger R. L., Monograph of Cimicidae – Hemiptera-Heteroptera), Thomas Say Foundation, vol. 7, College Park: Entomological Society of America, 1966, 585 p. 
2.        Anses, Rapport relatif aux punaises de lit: impacts, prévention et lutte, 2023, 257 p. 
3.        Berenger J. M., Pluot-Sigwalt D., Présence en France de la punaise de lit tropicale, Cimex hemipterus (Fabricius, 1803) (Hemiptera, Heteroptera, Cimicidae), Bulletin de la société entomologique de France, 2017, 122, (4), p. 423-427. 
4.        Potter M. F., Rosenberg B., Henriksen M., Bugs without borders: defining the global bed bug resurgence. Pest World, 2010, 18 (8), 20. 
5.        Hwang S. W., Svoboda T. J., De Jong I. J. et al., Bed bug infestations in an urban environment. Emerg. Infect. Dis., 2005. 11 (4), 533. 
6.        Morand C., La punaise de lit (Cimex Lectularius): résurgence d’un nuisible. Thèse pour le doctorat vétérinaire, École nationale vétérinaire d’Alfort, 2014. 
7.        Kemper H., Beobachtungen über den Stech- und Saugakt der Bettwanze und seine Wirkung auf die menschliche Haut. Z. Desinfekt. 1929, 21, 61–67. 
8.        Delaunay P., Blanc V., Del Giudice P. et al., Bedbugs and infectious diseases. Clin. Infect. Dis., 2011, 52 (2), 200-210. 
9.        Lai O., Ho D., Glick S., Jagdeo J., Bed bugs and possible transmission of human pathogens: a systematic review, Arch Dermatol Res. 2016 Oct;308(8):531-8. 
10.  Anses, Punaises de lit: prudence avec les produits utilisés, Vigil’Anses n°18, Le Bulletin des vigilances de l’Anses, Novembre 2022.
 
Traducción libre realizada por MICROSERVICES.
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