BROTES DE ENFERMEDAD DEL LEGIONARIO EN 2 CRUCEROS POR USAR LOS JACUZZIS DE LAS CABINAS

Una docena de turistas de crucero adquirieron la enfermedad del legionario en dos barcos diferentes entre noviembre de 2022 y julio de 2024.

 

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han publicado ahora un informe donde se resumen los principales datos de estos dos brotes.

 

Ocho pasajeros de un crucero contrajeron la enfermedad, mientras que otros cuatro se infectaron en el otro barco. Algunos de los viajeros se enfermaron en el mismo viaje, mientras que otros lo hicieron en el mismo barco, pero durante un viaje diferente.

 

Seis pacientes infectados en un crucero y cuatro en el otro fueron hospitalizados, pero afortunadamente ninguno falleció, según el informe de los CDC.

 

Los datos de las entrevistas a los pacientes y los resultados de la evaluación ambiental y el muestreo identificaron los jacuzzis privados en los balcones de las cabinas como la fuente de exposición más probable.

 

En los muestreos, seis de las 10 bañeras de hidromasaje privadas en un barco y las ocho en el otro dieron positivo para la bacteria Legionella.

 

En el primer barco, las bañeras de hidromasaje "estaban funcionando durante meses de una manera favorable para el crecimiento de Legionella, con una temperatura del agua en el rango de crecimiento de Legionella, durante varios días sin vaciarse y funcionar sin desinfectante residual", según los CDC.

 

Todas las bañeras de hidromasaje se cerraron y fueron limpiadas a fondo. Desde entonces, ambos cruceros han adoptado medidas preventivas más estrictas como el llenado de las bañeras a petición del huésped, vaciarlas entre cada uso, limpiezas y desinfecciones más frecuentes y la eliminación del sistema de calentamiento del agua.

 

Según los requisitos actuales de los CDC, no se exige que los jacuzzis privados tengan dosificación y control continúo automatizado de desinfectante y de pH, como es obligatorio para los jacuzzis públicos. 

 

 Además, los turistas de cruceros suelen ser mayores que la población general y, por lo tanto, más vulnerables a infecciones como la enfermedad del legionario.